Administrador Web2022-06-23T13:04:26+00:00
Las primeras sugerencias de un efecto cardiovascular adverso en los anticonceptivos orales ya habían aparecido en la literatura en 1968. Para 1980 era claro, por diversos estudios epidemiológicos, que había un riesgo significativamente aumentado de infarto de miocardio y enfermedad tromboembólica asociado con el uso de anticonceptivos orales. Las pruebas relativas a hemorragia subaracnoidea eran menos claras.
Se ha demostrado que los anticonceptivos orales tienen un efecto adverso sobre la presión arterial, los lípidos sanguíneos y los factores de coagulación de la sangre. Algunos de estos factores, o todos, están relacionados con la cantidad de estrógeno y progestágeno contenida en las preparaciones.
La dosis de esteroides sexuales
En los anticonceptivos orales de uso común en el Reino Unido y los Estados Unidos de América se ha reducido continuamente en el curso de las dos últimas décadas. Hay pruebas, en estudios epidemiológicos recientes, de que el riesgo relativo de infarto de miocardio asociado con el uso de anticonceptivos orales es inferior a lo previamente observado y de que el riesgo de tromboembolia venosa quizá se esté reduciendo asimismo al disminuir la dosis de estrógeno en los anticonceptivos orales.
¿Cuál es el riesgo de Hemorragia Subaracnoidea Mortal?
El riesgo de hemorragia subaracnoidea mortal parece ser muy pequeño. Es probable que las preparaciones modernas de dosis baja no estén asociadas con el riesgo considerable de enfermedad cardiovascular observado en estudios epidemiológicos anteriores. El hábito de fumar representa un importante factor de riesgo de infarto de miocardio entre las mujeres jóvenes y esta enfermedad es sumamente rara ante la ausencia del hábito de fumar. Algunos investigadores han sugerido que el riesgo asociado con los anticonceptivos orales es sólo elevado cuando las mujeres fuman.
Los anticonceptivos orales, lo que popularmente se conoce como píldora, pueden influir en la coagulación, aumentando el riesgo de trombosis venosa profunda y embolismo pulmonar, derrame cerebral y el infarto de miocardio.
Los anticonceptivos orales combinados pueden ser peligrosos en:
- Mujeres con antecedentes de enfermedades cardiovasculares.
- Mujeres con tendencia familiar a formar coágulos de sangre, como el factor V Leiden.
- Mujeres fumadoras.
- Mujeres obesas.
- Mujeres con hipercolesterolemia.
Cómo prevenir su incidencia
Como el tabaco incrementa el riesgo de producir coágulos, las mujeres que son fumadoras y usan anticonceptivos orales multiplican el riesgo de tromboflebitis, embolia de pulmón, infarto agudo de miocardio e ictus. Algunas mujeres presentan además un riesgo añadido de trombosis de origen genético o por diferentes trastornos. En mujeres que fuman y tienen más de 35 años, los anticonceptivos aumentan el riesgo de enfermedad coronaria, además, aumentan el riesgo de hipertensión y de que se produzca trombosis venosa y embolias pulmonares, sobre todo cuando existen otras alteraciones de la sangre asociadas. El riesgo de infarto cerebral solo aumenta si se asocia hipertensión, pero las posibilidades de padecer una trombosis de venas cerebrales está aumentado.
Desde el punto de vista cardiovascular, los anticonceptivos orales están contraindicados de forma absoluta en mujeres con antecedentes de embolias o infartos cerebrales y en mujeres fumadoras de más de 35 años. Hay una contraindicación relativa para mujeres hipertensas.
Menos Estrógeno y Progesterona
Los anticonceptivos actuales utilizan menos contenido de estrógenos y progesterona, por lo cual han disminuidos los riesgos y efectos adversos. En todo caso, en mujeres no fumadoras y sin patología cardiovascular o alteraciones de la coagulación, el riesgo de problemas cardiovasculares es pequeño. La recomendación es que se consulte con el médico antes de iniciar un tratamiento con anticonceptivos orales, para que valore cada caso individualmente, comentar los hábitos de vida, antecedentes familiares e historial clínico, de forma que se pueda elegir el método anticonceptivo elegido para no perjudicar la salud cardiovascular.
Fuente: www.fundaciondelcorazon.com